Las llaves que en la actualidad sirven como objeto decorativo y que se pueden adquirir en los anticuarios o mercados de segunda mano online, son el ejemplo más puro de como el cerrajero era además todo un artesano.
El oficio de cerrajero no sólo consistía en realizar piezas que sirvieran para abrir y cerrar puertas, sino que, en muchos casos, la llave era también todo un símbolo de quien la portaba.
La cabeza de la llave era la zona donde más trabajo llevaba la creación de piezas únicas que hoy conservamos con nostalgia, pero que en su día eran el reflejo de riqueza, escudos de armas, estilos propios de la época o manera de expresar la condición social de su propietario.
En aquella época, la llave era tratada por artesanos por encargo, siendo profesionales distinguidos en la sociedad. Su trabajo estaba bien valorado, ya que además ellos guardaban los secretos de como abrir mansiones y propiedades de los nobles. De ahí que por lo general sólo se hacía una llave para el dueño. No se contemplaba que nadie más pudiera tener un acceso libre a pesar de que fueran parte de la familia o de personal de servicio.
Cobre y hierro, los principales materiales
Los cerrajeros artesanos de siglos atrás utilizaban fundamentalmente el cobre y el hierro para hacer sus piezas. Dos materiales que podían ser de diferentes calidades según el encargo. Había quienes no podían costearse una buena cerradura que además cumpliera esa función de casi joya personal. Para este tipo de personas lo más normal era el uso de llaves de hierro huecas. Más sensibles al uso a la vez que más frágiles. Algunas se doblaban o partían con el paso del tiempo, por lo que era el mismo cerrajero que las había realizado el encargado de repararlas. Pero todas tenían algo en común, eran piezas únicas.
Como curiosidad es conveniente decir que las primeras llaves no se elaboraron para casas ni castillos, sino para preservar el acceso al camino, tanto en lo material como en lo espiritual. Y es que en la antigüedad su uso iba más allá de la obviedad, y es que además de ser una herramienta para abrir casas, candados, o algún tipo de cerradura, eran poderosos amuletos de poder.
La simbología de la llave en la antigüedad
Las llaves, en siglos pasados, simbolizaban, el acceso al conocimiento y principalmente eran usadas para abrir caminos. En las diferentes culturas y religiones estos instrumentos hechos de hierro tenían diferentes significados y utilización, por ejemplo, en la Biblia las llaves eran un símbolo de autoridad y poder que proveía a su poseedor la facultad de abrir caminos y acceder a lo oculto.
Además, toda una simbología rodeaba a la llave como objeto que daba desde buena suerte, hasta ser un signo de poderío o distinción.
A la llave también se le relacionaba con el cambio, sin embargo, su poder tenía un doble empleo, pues además de facilitar la apertura de caminos, el conocimiento, el éxito y la liberación, también tenían el poder de encerrar, resguardar y ocultar. De ahí la relevancia social de quien la llevara. También se pensaba que el poseedor de la llave era bendecido por una serie de beneficios, por lo que pronto se convirtieron en un amuleto muy popular para atraer la buena suerte. Solo a modo de ejemplo, el hecho de llevar una llave colgada al cuello, era un amuleto que daría suerte y conocimiento a quien la portara.
También las llaves realizadas en oro, eran el remedio infalible para combatir el mal de ojo. Pero poco a poco la llave fue llevada con cadena para una mayor comodidad. Trabajo que se encargaba a los cerrajeros más artesanos para que fuera en consonancia todo el conjunto, dotándolo casi como de un complemento de lujo para quien lo portara. Esta costumbre fomentó el mito de que las llaves que iban colgadas de cadenas, eran un buen fetiche para preservar la salud, así como atraer el dinero y el amor. Pero tampoco estaba exenta de supersticiones.
Como ejemplo, el hecho de tirar una llave antigua era sinónimo de mala suerte, por lo que se tomaba en consideración convertirla en un talismán a pesar de que ya no tuviera una vida útil para su principal función.
Las llaves a lo largo de la historia
La historia de las llaves está llena de curiosidades, simbología, creencias y como hemos visto, supersticiones. Pero si nos remontamos a la época de donde se tienen constancia de las primeras llaves, nos iríamos a la Tumba de Luxor , donde se hallaron los primeros vestigios que preceden a lo que conocemos en la actualidad. Su tallado era simple y sencillo, pero perfecto para cumplir la función de abrir y cerrar cofres, puertas y otros espacios.
Sin embargo, fue en la época del esplendor del imperio romano, donde si podemos comprobar su evolución, pasando de la madera de las llaves egipcias al uso del metal. También redujeron el tamaño para que fuera más cómodo llevarlas y guardarlas en lugares secretos.
Poco a poco se les fue dando forma hasta lo que conocemos hoy en día.
Hasta aquí una breve historia de las llaves y su importancia para la humanidad. Pero ahora es el momento de tu propia historia. Si estás buscando la mejor cerradura y las mejores llaves para la seguridad de tu hogar, descubre nuestro servicio profesional de cambio de cerradura en Madrid.