La vivienda es para la gran mayoría de las personas el bien más costoso de cuantos puedan tener. Una media de 20 años es necesario para abonar un crédito hipotecario al que no podemos dejar de hacer frente. Lo que convertimos en nuestro hogar, es mucho más que un bien material. Es el lugar donde estamos seguros, cómodos, descansado, recibiendo a nuestros amigos o cuidando de nuestros hijos. Y si nos preocupamos cuando compramos un vehículo nuevo de que este tenga las más mínimas medidas de seguridad antirrobo…¿Por qué no invertir en que nuestra casa en las correctas medidas de seguridad?.
Por lo general, las constructoras no suelen gastar demasiado en colocar verdaderas puertas de seguridad. Es algo donde se ahorran una buena cantidad de dinero, porque en principio no es la mayor preocupación del comprador. Siempre se piensa que dotar a nuestra vivienda de las medidas de seguridad oportunas es algo que puede esperar. Una equivocación que comenten muchas personas y que van siempre postergando cambiar la puerta o cerradura por una que garantice una plena seguridad.
Alarmas y otras medidas disuasorias
Sin embargo, si son muchas las promociones de vivienda nueva, donde ya viene instalada la alarma y el acceso a los servicios de la compañía con la que la promotora ha llegado a un acuerdo. La inmensa mayoría de las personas, acaban firmando un contrato que no siempre garantiza la seguridad plena de nuestro hogar y dejan de preocuparse por dotar a la casa de una adecuada puerta de seguridad o en algunos casos, cerramientos para ventanas de fácil acceso para los amigos de lo ajeno.
Pero sin ánimo de desmerecer a las alarmas, si existen una serie de problemas que se presentan con frecuencia a los propietarios que contratan este servicio, que pagan mes a mes, en lugar de invertir en puertas o cerraduras de seguridad. Estos son los más comunes:
- Baterías gastadas o estropeadas
- Sensores defectuosos
- Conexiones o cables no conectados correctamente
- Panel de control en mal estado
- Problemas derivados del timbre
Y es que las alarmas necesitan una revisión periódica para comprobar su correcto funcionamiento, que muy pocas compañías realizan. Por ello, muchos usuarios confían en que la alarma de su vivienda les está protegiendo de robos, cuando pueden pasar meses hasta que se den cuenta de que el sistema está en malas condiciones y no cumplen su función.
A todo esto, con una alarma en malas condiciones, se puede producir que esta salte por motivos ajenos al intento de robo, como pueden ser las condiciones meteorológicas, golpes accidentales en la puerta de acceso a la vivienda, o simples corrientes de aire que pueden provocar la caída de papeles u livianos objetos que detectarán los sensores disparando la alarma. Cuando esto ocurre con asiduidad, son los propios vecinos los que deben soportar los estridentes ruidos que produce una alarma.
Cámaras de vigilancia caseras
Las pequeñas cámaras que una persona puede colocar en la entrada de su casa, se pueden adquirir en superficies dedicadas al bricolaje como en las grandes plataformas de compra online. No son más que cámaras de poca calidad y baja estabilidad que el usuario podrá controlar a través de su terminal de móvil. Este tipo de conexiones cumple la función de poder observar lo que ocurre en una estancia de la casa, por lo que es muy común colocarlas en la habitación de bebés. Pero no es ni mucho menos un sistema de seguridad que pueda sustituir ni a una alarma profesional, y ni a un buen sistema de seguridad que conlleva la instalación de una puerta en condiciones y su correspondiente cerradura que nuestros profesionales instalarán con toda garantía en su domicilio.
Sistemas de bloqueo casero de ventanas
Por otro lado, también con el fin de proteger el acceso por las ventanas, existen en las mismas plataformas online y superficies de bricolaje, una especie de bloqueos pequeños que se atornilla al cerco de la ventana siempre que esta sea corredera. Su coste está entre 6 a 10 euros, su calidad es pésima y su eficacia nula. Pero no son pocos los que prefieren emular a los profesionales de la seguridad instalando este tipo de medidas que no sirven para nada.
Invertir en cerramientos para ventanas, rejas, o un cambio de cerradura por una profesional, entre muchas más propuestas que nuestros cerrajeros les pondrán proponer tanto para que sus ventanas como la puerta de acceso a la vivienda cuenten con un verdadero sistema de seguridad.
Invertir en seguridad, sinónimo de tranquilidad
Está más que comprobado que quienes se acercan a un domicilio para intentar acceder a él, y comprueban cómo es la puerta y el sistema de cerraduras que instalamos, desisten del intento y buscan puertas más vulnerables. No es que busquemos que sea una medida disuasoria, pero realmente lo es.
Si por el contrario, no únicamente es la puerta el único lugar por donde se puede acceder a la vivienda, nuestros cerrajeros serán los encargados de realizar un estudio personalizado para que su casa sea prácticamente inaccesible tanto para ladrones como para okupas.
Cómo comentábamos al principio, no concebimos su piso tan sólo como una propiedad, sino como lo que realmente es, un verdadero hogar. En él no sólo el poco dinero que podremos dejar, es el objetivo de ladrones, sino todo aquello de lo que se puedan desprender con facilidad, como aquellas joyas que, sin tener un gran valor comercial, si les tenemos ese apego sentimental. O los destrozos que se originan siempre cuando se producen este tipo de actos vandálicos.
Invertir en seguridad es invertir en tranquilidad.