En muchas ocasiones se tiende a confundir lo que es una cerradura y una de sus piezas fundamentales, el bombillo, o también conocido como bombín.
La cerradura es un conjunto de piezas y engranajes que no se suele cambiar en caso de pérdida de llaves. Sería innecesario, ya que al sustituir el bombillo, la cerradura podríamos decir que tiene un nuevo corazón. Una pieza clave única donde se aloja la llave y pone en funcionamiento todo el mecanismo de la cerradura, para abrir como para cerrar la puerta de nuestro hogar.
Esta situación, cambiar el bombín, es la más común cuando se pierden las llaves, ya que reducimos el coste de cambiar la cerradura por completo. Además de innecesario, mantenemos la misma que suele cumplir con los suficientes requisitos de seguridad. Sólo en caso de que la cerradura sea demasiado antigua y carente de sistemas que haga más difícil su apertura, conviene plantearse cambiar la cerradura, y en ocasiones la puerta entera.
Ventajas de cambiar el bombillo
El cambio de bombillo de una cerradura es un trabajo bastante sencillo para cualquier cerrajero, pero siempre elegir a uno de confianza es sinónimo de una seguridad plena. Los bombines, no presentan muchas dificultades para ser sustituidos, ya que se tratan de piezas compactas que se alojan en el interior de la cerradura sin necesidad de desmontar la misma.
Junto a ellos, los fabricantes nos ofrecen un juego de llaves que pueden ser de cuatro o cinco unidades, para así evitar la necesidad de tener que hacer copias con la premura que se presenta al vivir varías personas en casa.
La sustitución del bombín, o bombillo, es rápida y limpia. El cerrajero tan sólo debe desprender el antiguo de la cerradura que por lo general va sujeto con un tornillo que se encuentra en el propio lateral de la cerradura. Después de aflojar dicho tornillo, el bombillo se podrá extraer con la ayuda de cualquier herramienta que empuje el bombín, tan sólo se deberá introducir uno nuevo que cuente con el mismo grosor y la medida exacta que va de canto a canto de la cerradura. Después, se volverá a fijar con el mismo tornillo que se desaflojó para extraer el antiguo.
Por lo general, la forma del bombín o bombillo, suele ser cilíndrica, lo que hace mucho más sencillo el cambio. Al no ser piezas con mecanismos tan sólo interiores, son sólidas y duraderas. Cambiar el bombín de una cerradura equivale casi como tener cerradura nueva cara a las personas que habitan en la vivienda, además el conjunto de llaves que vienen con la pieza evita tener que hacer copias. Por lo que es importante deshacerse de las antiguas en caso de que aparezcan, para no confundirlas y así no dañar el nuevo bombín, o bombillo.
Elementos que componen una cerradura
Pero antes de meternos de lleno en los tipos de cerraduras, es conveniente repasar las partes de las que se compone una cerradura.
• Pestillo: Es la pieza que se acciona a través de una manilla. Podríamos decir que es la pieza clave de una puerta, ya que, gracias a este pestillo resbaladizo, la puerta permanecerá cerrada sin necesidad de accionar nada más.
• Escudo: Llamamos escudo a la pieza que se coloca en la parte exterior de la puerta. Su función es reforzar la seguridad, ya que con él se podrá evitar la extracción del cilindro.
• Nueca: Es la zona de la cerradura donde se aloja un cuadradillo en el cual se aloja la manilla de la puerta.
• Nido de cilindro: Este alojamiento que cuentan todas las cerraduras para la colocación del cilindro. La pieza dependerá del tamaño de la propia cerradura, así como del perfil de la misma.
• Bulones de seguridad: En realidad, son cierres cuyo número dependerá del tipo de cerradura que se instale.
• Tornillo de fijación del cilindro: Se trata de una parte de la cerradura que se instala en el canto de la puerta y debe tener la longitud que precise cada ancho de puerta, con el fin de que el cilindro se instale a la perfección.
• Y por último, el llamado bombín, o bombillo, del que hemos hablado con anterioridad.
La cerradura y el bombillo
Como hemos visto, la cerradura es la pieza donde se aloja el bombín o bombillo. Elegir una de mayor calidad y avanzado sistema de seguridad será siempre más difícil forzarla y que nuestra vivienda esté mejor protegida. Pero una buena cerradura no serviría de mucho si es parte de una puerta antigua o de mala calidad.
De ahí que la instalación o el cambio de cerradura o bombín en condiciones deberá ir de la mano de una puerta que admita los puntos de anclaje que se fijarán al cerco tras accionar el cierre.
Por sí misma, la cerradura no es lo más importante, sino que deberá formar parte de un conjunto donde puerta y sistema de apertura y cierre, sean lo suficientemente fuertes para que su apertura pueda ser una garantía de seguridad.
Instalar una cerradura de calidad, junto con una buena puerta, es toda una inversión. Todas las personas que desgraciadamente han sido víctimas de robo a través de la puerta y no de otros accesos a la vivienda, conocen las nefastas consecuencias de estos actos vandálicos.
En el mercado existen una gran variedad de puertas y cerraduras que, además de ser un gran elemento disuasorio, disminuyen la posibilidad de que sean forzadas y consecuentemente eviten los robos.
